• 12-Junio-2022 14:25
    Fiestas

    En el día de ayer se celebró el acto de conmemoración de los 40 años que han pasado desde que en 1981 se construyo la Plaza de Toros y que hubo que aplazar en Diciembre por una oleada de COVID. Tomaron la palabra David, Presidente de la Asociación "Vacas al Henares", Rosario y Agustín, en representación de todos los vecinos que trabajaron para levantarla, Gerardo, Alcalde en aquel momento, y Eduardo, nuestro actual Alcalde que pronunció el siguiente discurso.

    Buenos días, hoy, por fin, celebramos el 40 aniversario desde que los vecinos de Espinosa levantaron esta Plaza de Toros en 1981, me sumo a Gerardo en el recuerdo a los que desgraciadamente nos faltan, la lista es interminable, pero, aunque no puedan acompañarnos, ellos siguen vivos en nuestra memoria, y eso es lo más importante.

    Hace 40 años, los vecinos se unieron para cumplir un anhelo que llevaba tiempo flotando en el aire, sustituir el ruedo provisional que se preparaba para celebrar las corridas durante las Fiestas, por nuestra propia Plaza de Toros, como ya tenían tantos otros pueblos, y conseguir que estuviera a la altura de lo que Espinosa se merece. En las décadas posteriores fue ampliada y mejorada, y quiero agradecer a todos mis antecesores, porque ellos representan ese esfuerzo continuado por mantener viva aquella llama, gracias a todos ellos podemos presumir de tener una de las mejores Plazas de Toros de la Provincia.

    Donde hoy nos encontramos confluyen tres elementos fundamentales para entender lo que es Espinosa de Henares.

    En primer lugar, esta Plaza representa la arraigada tradición taurina de nuestro pueblo, que es una de nuestras señas de identidad, de nuestra manera de entender las fiestas, que no podrían explicarse sin estos festejos, ya sean corridas de toros, las Vacas al Henares, los encierros por las calles o por el campo. A pesar de lo que otros nos puedan intentar hacer pensar, la tauromaquia forma parte de nuestra historia y lejos de sentir vergüenza, debemos estar orgullosos de un legado transmitido por generaciones. Los toros son cultura, son arte, son tradición, son defensa del medio natural y son fuente de riqueza, no estamos equivocados, ni vamos a dejar que nos arrebaten lo que es nuestro. En su defensa, estamos todos a una.

    En segundo lugar, de esta Plaza han salido muchos de los mejores recuerdos que todos atesoramos, han sido muchas mañanas, tardes y noches las que nos hemos reunido aquí familias, amigos, peñas, vecinos, para celebrar, para festejar. Además de los toros aquí desfilan nuestras majorettes, nuestras carrozas, aquí cenamos juntos el toro, aquí se han celebrado espectáculos, fuegos artificiales y tracas, ha sido y es, sin duda, una fábrica de alegrías y emociones y lo seguirá siendo por mucho tiempo. Este es uno de los lugares donde nos cargamos de energía para el resto del año.

    Pero lo más importante de cómo se levantó esta Plaza es el ejemplo que supone para todos nosotros, simboliza claramente que, UNIDOS, podemos conseguir lo que nos propongamos. Esto no se construyó solo con bloques y cemento, se hizo con ilusión, con valentía, con coraje, con sacrificio en favor del bien común, con buena vecindad traducida en compañerismo, esta no es la obra de un solo hombre, es la obra de un pueblo que supo aunar sus fuerzas y anteponer un objetivo, que a todos beneficiaba, por delante de cualquier división. Eso valía hace 40 años y sigue valiendo hoy exactamente igual.

    Los que somos más jóvenes, y los que vienen detrás, debemos recordar por siempre la lección que nos dieron, y volver a ponerla en práctica para afrontar unidos los muchos retos que tenemos por delante. Ellos merecen nuestro homenaje, nuestro respeto y que sintamos legitimo orgullo por lo que hicieron. Su obra, de la que esta Plaza es solo un ejemplo, quedará como testigo de lo que son, una generación de grandes hombres y mujeres que transformaron un pequeño pueblo con las calles de tierra, en el actual, perfectamente dotado y lleno de servicios. Sigue quedando mucho por hacer, pero es imposible negar el gran salto dado hacía delante. Ahora es nuestro turno, nuestro momento de hacer avanzar a Espinosa hacía un futuro mejor, y no podemos eludir ese compromiso, debemos estar a la altura, como ellos también lo estuvieron. No sobra nadie, todos hacemos falta en esa tarea, aportando al proyecto común en la medida de nuestra capacidad.

    Ojalá dentro de 40 años nos volvamos a ver aquí, mientras, celebremos la gesta que realizaron y démosles un fuerte aplauso a todos los que hicieron posible, lo imposible. Muchas gracias.


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