• 2025-09-11 13:55:57
    Fiestas

    No se vende, no se fabrica, no hay inteligencia artificial que lo genere, porque se tiene o no se tiene. Si el espíritu que se respira un miércoles de fiesta, si la catarsis que supone un vermú, si la alegría con que aquí vivimos las fiestas pudiera comprarse, habría quienes estarían dispuestos a arruinarse por tener lo que nosotros tenemos.

    Y es que el orgulloso grito de Yo soy de Espinosa no solo es una reivindicación del lugar en el mundo al que pertenecemos, también es un vínculo de hermandad que renovamos cada año, comprometidos con un pueblo al que le debemos, no lo que somos, pero sí la emoción que sentimos cuando nos ponemos una camiseta de peña, cuando vemos nuestras calles llenas y a nuestros jóvenes disfrutar, ofreciendo al mismo tiempo una garantía de futuro. Y esa forma de vivir las fiestas, o se tiene o no se tiene.

    Un año más, las fiestas han sido un éxito colectivo como pueblo. No podemos sentirnos más satisfechos por lo que hemos vuelto a conseguir, unidos, contribuyendo cada uno con lo que humildemente puede y logrando, de nuevo, que nadie dude de por qué Espinosa es otra cosa.

    De entre todas las aportaciones de este año queremos destacar tres, la de Antonio Trijueque, regalandonos su nuevo libro Música para Gigantes y Cabezudos, inspirado en los nuestros, la de Antonio Ayllón, junto a todos los que han colaborado con él para engrandecer nuestra comparsa con dos nuevos gigantes, el Habraque y la Águeda, insignias de lo que nos hace únicos. No hay pareja en el mundo que iguale la potencia de esos dos titanes. Y la de la Comisión de Fiestas que hace posible lo imposible.

    Por todo esto, debemos reconocernos, sin soberbia ni arrogancia, en lo que somos capaces de lograr cuando caminamos juntos. Por desgracia, y quizá también por suerte, las fiestas solo duran un puñado de días. Ahora toca poner nuestra energía en seguir mejorando todo lo que esté a nuestro alcance, mientras aguardamos la llegada de ese instante irrepetible cuando la escalera vuelva a erguirse y, juntos, de nuevo tocaremos la gloria con las yemas de los dedos. Porque lo nuestro no se imita ni se inventa, lo nuestro, sencillamente, se tiene o no se tiene. Y nosotros, lo tenemos.

    https://youtu.be/--S-hXiNbBI